martes, 23 de septiembre de 2008

El monumento como memoria. La imagen como relato de la Historia

Parte del siguiente texto pertenece a Jacobo Sucari, extraído de la reflexión que este autor hizo sobre su obra: "Disciplina, sin poder y sin memoria".

No se trata de ligar las consecuencias, sino de relacionar y aislar, de analizar, de ajustar y de empalmar contenidos concretos, nada hay más fluctuante, nada más empírico que la instauración de un orden de las cosas nada exige una mirada más alerta, un lenguaje más fiel y mejor modulado nada exige con mayor insistencia que no nos dejemos llevar por la proliferación de cualidades y de formas.
Y, sin embargo, una mirada que no estuviera armada podría muy bien acercar algunas figuras semejantes y distinguir otras por razón de tal o cual diferencia de hecho, no existe, ni aun para la más ingenua de las experiencias, ninguna semejanza, ninguna distinción que no sea resultado de una operación precisa y de la aplicación de un criterio previo.
Un sistema de los elementos es indispensable para el establecimiento del orden más sencillo.
Una "instalación documental" en la medida en que intervienen elementos propios del análisis y la construcción "de lo real histórico" y una puesta en situación del presente.
Documental que utiliza el archivo y el testimonio como núcleos de la investigación y exposición.
El archivo-documento, que no sólo habla del tiempo que fue sino que, sobretodo, define el marco desde donde somos capaces de mirar y reinterpretar el presente.
Es decir, el archivo de imagen no sólo con una función referencial del pasado sino como información que hace posible y quizá necesaria su reutilización, su encastramiento en un nuevo contexto.
Si el monumento encuentra la fijación de la historia, la imagen archivo, la imagen como fuente del relato de la historia, traiciona continuamente su supuesto "valor" como verificador de hechos pasados. En primer lugar, a diferencia del objeto-monumento, la imagen ocupa un lugar virtual y sus señales apuntan directamente al cuerpo, a la conformación de la memoria...., sistema endeble donde los haya. "El objeto- materia ha sido creado para durar, para permanecer como presencia y memoria. Una obra concebida como la "permanencia de lo eterno". Esta paradoja en la función y utilización de la imagen como verificador del tiempo histórico, y como portavoz del poder, aún juega en nuestra cotidianeidad con similar ambivalencia. Los diferentes contextos en que puede ser usada una imagen y los diversos anclajes a que puede ser sometida: la locución, la música; el antes y el después (edición), el encuadre...., permite una re-actualización del valor y uso de cualquier imagen. Esto crea una dinámica donde si bien la imagen archivo pretende erigirse como "resto arqueológico", su permanencia nunca sea fija en cuanto relato de la historia, sino que sea posible un uso arbitrario por parte del usuario-institución. Es decir, la imagen-archivo, es ante todo re-actualización del relato histórico. Sabemos que el relato a través de imágenes es manipulación, y sabemos que el relato de la historia no puede ser anclado en lo permanente, sino que es dinámico, cambiante.
De aquí el valor de confección, uso y posesión del archivo por parte de la institución-poder: en él se sostiene la construcción de aquello que entendemos como el acontecer pasado, o la Historia. Si tomamos como datos-índice, los adaptables para la construcción de Historia, sean estos relatos orales, objetos-obra, textos escritos e imágenes, está claro que la incidencia de los medios de comunicación audio-visuales sobre nuestras nociones de identidad histórica son abrumadores.

(la totalidad del texto e imagenes de la obra se pueden ver en http://www.arrakis.es/~jsucari/instalaciones.html)

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